Cerca de una mansión aislada, existía un maravilloso jardín. En él, crecían flores exuberantes y frondosos árboles… y una colección de preciosas «mariposas»: jóvenes, mujeres, secuestradas y mantenidas en cautiverio por un hombre brutal y obsesivo, conocido como Jardinero. Cuando el jardín es finalmente descubierto, una de las sobrevivientes es llevada a las autoridades, a fin de prestar su testimonio. Pero Maya, la enigmática chica responsable por contar esta historia, no parece dispuesta a aclarar todos los sórdidos detalles de su experiencia. En medio de viejos resentimientos, nuevos traumas y el terrible relato sobre un hombre obsesionado por la belleza, los agentes se quedan con la sensación de que esconde algún secreto.
Mentes enfermizas, perturbadas hasta el punto de tener actitudes inimaginables, y que al mismo tiempo se esconden bajo el manto de la absoluta normalidad, me suelen fascinar cuando son desarrolladas de forma convincente y creíble. De narrativas así nacen personajes memorables que se inmortalizan en nuestro imaginario. Como Hannibal Lecter, creado por Thomas Harris, por ejemplo. Aunque no tenga el protagonismo total de la narrativa, el Jardinero entró a mi galería particular de estas mentes fascinantes.
Una idea más allá de la original y escrita en una narrativa ágil y envolvente, El Jardín de las Mariposas es un thriller que se queda en nuestra cabeza mucho tiempo después de pasar la última página. El libro trae un relato oscuro de locura: chicas jóvenes secuestradas para ser convertidas en mariposas y vivir en cautiverio satisfacción personal y sexual de un hombre perturbado hasta el punto de que en él se mezclan diferentes personalidades y emociones. Todo lo que leemos en estas páginas es enfermizo. Todas las acciones, comportamientos y formas de adaptación o aceptación son dementes. Incluso la rebeldía tiene toques de locura.
La transformación de las niñas en mariposas es extraño y su ciclo de vida se compone algunos de los pasajes más impactantes de la literatura de horror. Es original desde el punto de vista de la ciencia y es horrible desde el punto de vista humano. Por otra parte, el comportamiento humano es una de las cuestiones mejor desarrolladas por el autor. Mirando a fondo, nos damos cuenta de que con mayor o menor grado, todos los personajes tienen su dosis de sordidez.
El monstruo más grande de la historia, el Jardinero de la crueldad y el amor, conviven de la mano y se complementan. Además, hay personajes para todos los gustos y, por supuesto, así como dosis de humanidad y sentimiento para con el prójimo que mantiene los engranajes funcionando y la esperanza encendida. Maya, la víctima cuya narración sirve de guía para este jardín de la locura, guarda en sí una historia a parte que es contada en el libro. Sobreviviente de una familia abusiva, es el tipo de personaje que deja claro que no todo está terminado esta historia.
Narrada a través del interrogatorio de una de las víctimas, con el pasado y el presente se alternan, El Jardín de las Mariposas consigue atrapar al lector. No hay un misterio principal para atrapar nuestra curiosidad. Sólo el conocimiento de los hechos y de la rutina del cautiverio ya son suficientes para sostener nuestra atención y caminar hacia un desenlace esperado, pero con altos y bajos.
Sobre la autora de El jardín de las Mariposas
Dot Hutchison es escritora, dedicada especialmente al público joven-adulto. Tiene intereses muy variados, yendo de teatro, caída libre y «ajedrez humano» en las ferias renacentistas a navegar horas y horas por las páginas de la Wikipedia.