En diciembre del año pasado, durante la Feria del Libro de Guadalajara, Lautaro Bolaño, hijo de Roberto Bolaño (1953-2003), y Carolina López, su viuda, participaron del lanzamiento de «El espíritu de la ciencia ficción», ambientado en la Ciudad de México en los años 1970, pero escrito en Blanes, España, en 1984, tal y como atestigua la firma de Bolaño en el manuscrito original. La obra forma parte de un legado literario de más de 14.000 páginas, entre cuadernos, carpetas y cartas, dejado por el escritor chileno, que es considerado el más influyente de la literatura española contemporánea.
No hay como escapar de la antigua discusión sobre la validez de los herederos de iniciarse en el mercado de obras inéditas que no han sido finalizadas y aprobadas por los propios creadores, como es el caso de esta novela. En realidad, Bolaño, que murió con tan solo 50 años, es a menudo citado en este tipo de polémica ya que algunos de sus libros más importantes fueron publicadas póstumamente, como es el caso de «2666» y «El Tercer Reich».
La propia literatura y el proceso de creación literaria, así como ocurre en otros libros de Bolaño, son los temas principales de «El espíritu de la ciencia ficción». Dos jóvenes aspirantes a escritor, Jan Schrella y Remo Morán, comparten una modesta habitación en la azotea de un edificio de seis plantas en la Ciudad de México, durmiendo en colchones directamente apoyados en el suelo de ladrillos y dependiendo de duchas comunitarias que sólo tienen agua fría, pero «donde se pueden observar amaneceres extraordinarios».
Este tipo de contraste entre el optimismo juvenil de los protagonistas y la pobreza generalizada orienta todo el relato. Ciertamente, el libro tiene un carácter autobiográfico ya que el propio Bolaño, en sus tiempos de poeta y escritor principiante, vivió en esta ciudad y convivió con la generación de poetas y escritores mexicanos, fundando el movimiento infrarrealista en los años 1970, junto con Mario Santiago Papasquiaro, José Vicente Anaya, Rubén Medina y José Rosas Ribeyro.
Jan Schrella es un apasionado del género de ciencia ficción, que se encuentra en la habitación todos los días rodeado de libros y escribiendo cartas delirantes para varios escritores estadounidenses de ese género que «con toda probabilidad, nunca conocerá». Mientras que Remo Morán es un poeta, pero se gana la vida escribiendo algunas materias en suplementos culturales y artículos para una revista de historia. Remo conoce a otros jóvenes asistiendo al Taller de Poesía de la Facultad de Filosofía y Letras, entre ellos José Arco, propietario de una moto Honda de color negro, hecho que sorprendió a Remo porque «en aquellos días las motos circulaban dentro de los poemas, cada vez más numerosas, pero no los poetas en motos reales y por calles reales». Por medio de José Arco, los dos amigos comienzan a vivir experiencias de vida relacionadas con la amistad, el sexo y la libertad en una especie de comunidad alternativa. Además de que Morán se enamora de Laura.
El romance duró un poco, porque inicia intercalando capítulos con una entrevista en el estilo surrealista de un presunto autor ganador de un premio literario que describe el argumento de la obra ganadora, la sorprendente Academia de la Patata, una de las facultades dispersas por el mundo de la Universidad Desconocida, una narrativa experimental difícil de seguir, tal vez por el estado inacabado de la novela de Bolaño. De cualquier forma, los lectores ya iniciados en el universo del autor no se van a decepcionar al identificar varias buenas ideas que serían desarrolladas en otras novelas, incluso el protagonista de Remo que vuelve a aparecer en «Pista de Hielo», novela publicada en 1993. Para los lectores que deseen leer a Roberto Bolaño por primera vez, no obstante, no es la mejor opción.